En un artículo anterior vimos una breve introducción al mezclador de pintura y aprendimos cuáles son sus diferentes tipos. Pues bien, nos faltaba desarrollar la idea de cómo funciona y qué aplicaciones tiene en los distintos rubros.
Esta herramienta es una ayuda importante en industrias tan disímiles entre sí como lo son la albañilería, la pintura y la industria alimenticia. ¡Sí! Es posible utilizar el mezclador de pintura para mezclar otros productos además de pinturas, lacas y barnices: se puede emplear en la mezcla de áridos para la construcción y también para mezclar yogures, cremas y otros lácteos, jarabes, melazas, azúcares y hasta la mezcla para hacer embutidos.
Veamos cómo sacarle el mayor provecho a esta herramienta indispensable para el contratista o el pintor a tiempo completo.
Mezclador de pintura: ¿cómo funciona?
Ante todo debemos saber que el mezclador de pintura es una máquina herramienta compuesta de la parte motriz —básicamente un taladro— y la parte móvil, que es el agitador que se utiliza en contacto con la pintura para mezclarla.
Es posible adquirir los agitadores por separado y utilizarlos con un taladro hogareño; esto puede ser una solución efectiva si sólo se mezclarán pinturas al látex o sintéticas. Ahora bien, si la idea es además mezclar las pinturas con otras sustancias como yeso, cemento, cal o arena —o incluso emulsiones epoxi— allí necesitaremos del motor mezclador, pensado especialmente para transmitir torque al agitador.
El motor del taladro hogareño está diseñado para trabajar en breves lapsos, de no más de unos cuantos segundos; el uso prolongado en carga ocasionaría el sobrecalentamiento del mismo, y su salida de servicio si se lo utiliza para mezclar líquidos muy viscosos o en grandes volúmenes.
De los mezcladores propiamente dichos hay dos modelos diferentes: uno con husillo con mandril, que puede utilizarse también como taladro (con lo cual su compra permite salvar el costo de una herramienta) y otro que ya es de uso específico, y que sólo admite la sujeción de varillas agitadoras.
¿Qué mejoras ofrece con respecto a la varilla manual de madera y al taladro con varilla casera?
Muchas. La principal es la posibilidad de regular la velocidad con un dial; de este modo se logra un mejor agarre por parte del usuario, y se evita el tener que sujetar la herramienta en una posición poco cómoda.
La otra gran ventaja es que el motor, al ser mucho más robusto, permite mezclar con facilidad líquidos muy viscosos, y también áridos finos.
La varilla de madera, manual, sólo sirve para pequeños botes de pintura no muy viscosa, y no realiza una mezcla completamente homogénea. La varilla agitadora colocada en un taladro logra mejores resultados, pero sólo sirve para pequeños volúmenes de líquidos no muy viscosos.
Aplicaciones
Pintura
El uso más obvio es el del mezclado de pinturas y otros líquidos de uso en las tareas de pintura, como epoxis, lacas, barnices y demás.
Es posible mezclar distintas pinturas entre sí o bien una pintura con un entonador (pigmento concentrado para lograr un color específico). También se pueden mezclar una o más pinturas con lacas, resinas, epoxis, barnices y demás, logrando en todo caso un color homogéneo muy difícil de lograr con una varilla de madera y mezclando a mano.
Albañilería
La mezcla de áridos en grandes volúmenes sólo podía realizarse mediante el uso de tambores giratorios conocidos en la jerga como trompitos. Con la mezcladora de pintura ahora es posible obtener una mezcla de áridos finos sin necesidad del mismo.
Es posible mezclar toda clase de polvos; desde cal hasta arena, pasando por cal hidráulica, yeso y otros productos. Es importante no utilizar este método para añadir piedras (para el concreto u hormigón) pues las varillas agitadoras no están preparadas para soportar el golpe con las mismas.
También, por supuesto, es posible preparar la mezcla o pasta mortero del mismo modo en que se haría tradicionalmente, sólo que con la ayuda del mezclador de pintura se hará más rápidamente.
Industria alimenticia
Por último es posible utilizar el mezclador de pintura para mezclar productos alimenticios. Sólo es necesario aclarar que para ello tanto el motor como las varillas agitadoras deben utilizarse exclusivamente para este tipo de trabajo, y deben lavarse y desinfectarse luego de cada uso.
Existen distintas industrias dentro del rubro alimenticio que hacen uso de esta herramienta: las fábricas de caramelos, por ejemplo, las utilizan para mezclar los saborizantes y los jarabes.
En la industria láctea se utilizan para mezclar y homogeneizar el suero que luego se transformará en queso. También se les da uso para batir cremas, preparar las mezclas para helados y yogures, entre otros. En la industria cárnica se los emplea para el preparado de las mezclas de embutidos.
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