¿Qué tener en cuenta al comprar un medidor de distancia a láser?

Los medidores de distancia a láser reúnen una serie de ventajas sobre los métodos tradicionales de medición que se traducen en un número mucho mayor de mediciones con óptima precisión y en menor tiempo.

Los fabricantes ofrecen una diversidad de modelos que se ajustan a todos los requisitos, desde los destinados a profesionales que deben efectuar mediciones rutinarias con gran precisión hasta el aficionado que, por ejemplo, planea pintar su propia casa y desea saber qué cantidad de pintura debe comprar, sin dejar de lado a aquellos que usan estos medidores con fines estrictamente deportivos o de esparcimiento, tales como el golf, la caza, el tiro, etc.

Por ello, en el momento de elegir o decidir la compra de el distanciómetro láser que mejor se adapte a nuestras necesidades debemos considerar, ante todo, la tarea que desempeñamos habitualmente. Los requerimientos de un instalador de pisos o alfombras, o de un técnico de telefonía, por ejemplo, no son los mismos que los de un topógrafo o los de aquellos que después deben usar los datos de sus mediciones en un software de diseño.

Además de la certificación ISO, que garantiza su calidad, existe una serie de parámetros que definen, a priori, las prestaciones del medidor. Estos parámetros son los primeros que debemos tener en cuenta para elegir un medidor de distancia a láser y los mencionamos a continuación.

Lo primordial

Radio de alcance: es el intervalo de distancia que el distanciómetro es capaz de medir y depende de las condiciones de luz y de las propiedades de reflexión de la superficie de medición. Los modelos más económicos suelen medir entre 0,15 y 30 metros, mientras que los más sofisticados tienen un alcance entre 0,05 y 250 metros, y vienen provistos de una mira telescópica para facilitar la visión del rayo láser a la distancia. De esto se desprende que, por ejemplo, los que efectúan mediciones en centros comerciales, terrenos o estadios deportivos, por ejemplo, deberán elegir un medidor de gran alcance, mientras que los distanciómetros de bajo alcance pueden ser suficientes para aquellos que efectúan mediciones en interiores o realizan el monitoreo de nivel en depósitos de fluidos y tanques de agua, por ejemplo.

Precisión: generalmente, esta característica está asociada al radio de alcance, es decir, cuanto mayor alcance ofrece el distanciómetro, mayor es también su precisión. La mayoría de los medidores de distancia a láser tienen una precisión que, dependiendo del modelo, varía entre ± 1 y ± 2 mm, que si la comparamos con la precisión que podemos obtener de la lectura de una cinta métrica después de medir, por ejemplo, 50 o 60 metros, es una cualidad asombrosa.

Facilidad de uso: el medidor de distancia a láser es un moderno reemplazo de una cinta métrica; por lo tanto su uso tiene que ser tan sencillo como el de esta, o incluso más aún. Esto implica que debe tener una pantalla que ofrezca lecturas claras, una interfaz amigable con el usuario, botones que sean fáciles de identificar y manejar, y que el diseño sea lo suficientemente ergonómico y con superficies planas para maniobrar el dispositivo fácilmente con una sola mano y en posición tanto frontal como lateral, sin introducir errores en las lecturas.

Durabilidad: seguramente alguna vez, durante su uso, el distanciómetro se caerá de nuestra mano, impactando en el piso o en el barro, o será expuesto a la lluvia y el polvo. Por eso es muy conveniente elegir un aparato que cuente con protección ante estas eventualidades. Muchos incorporan una cubierta de silicona y/o un estuche para transportarlos, además de una correa para colgar de la muñeca, por lo que vale la pena prestar atención a estos detalles.

Visibilidad: es importante que la pantalla pueda leerse perfectamente en condiciones de visibilidad baja, por ejemplo, en sótanos, almacenes, depósitos, túneles, minas o en horas de poca iluminación diurna. Esto indica la preferencia de elegir medidores que posean la pantalla retroiluminada, esto es, provista de un sensor capaz de adaptar la luz de la pantalla a las condiciones de iluminación de la zona a medir. También es recomendable elegir aparatos cuya pantalla sea sensible al movimiento, es decir que, al igual que la que ofrecen muchos teléfonos celulares, gire automáticamente cuando el dispositivo pasa de una posición vertical a horizontal o viceversa.

Autonomía: muchos de los que emplean medidores de distancias a láser buscan obtener un gran número de mediciones con la menor pérdida de tiempo y dinero ante los cambios y reciclaje de las pilas. Atentos a ello y al interés creciente de contribuir con el medio ambiente, algunos fabricantes han reemplazado las pilas y baterías de 9 V por baterías de litio, que quintuplican la cantidad de mediciones con respecto a aquellas y por lo tanto aseguran una autonomía mucho mayor.

Conectividad: la posibilidad de acoplar el medidor láser a otros dispositivos para aprovechar las funciones como conjunto es un factor de relevancia, especialmente para los profesionales que hacen uso intensivo de estos aparatos. Por ejemplo, un medidor láser que incorpora una rosca para montaje en trípode es prioritario en el caso de mediciones precisas de grandes distancias. La disponibilidad de una interfaz Bluetooth/USB para exportar los datos a una computadora y/o recargar una batería de litio, por ejemplo, es otro atractivo de enormes beneficios. Algunos fabricantes también ofrecen la conectividad del medidor de distancia a láser con una regla graduada, de manera que el conjunto pueda funcionar como un nivel digital (ver figura de abajo), pudiendo así comprobar, por ejemplo, la inclinación de vigas y largueros o la alineación de sanitarios, tales como bañeras, con una excelente precisión.

GLM80 combinado con Regla Nivel R60

Una vez que hemos tenido en cuenta estos factores principales, nuestra decisión se completará con la consideración de una serie de funciones sumamente útiles con las que debería contar nuestro distanciómetro a láser para conducirnos a una selección satisfactoria. Además de las mediciones directas, incorporadas en cualquier tipo de medidor láser, estas funciones son las siguientes.

Lo altamente recomendable

Mediciones indirectas: la presencia de obstáculos en el trayecto del rayo láser o los objetos a medir cuyo acceso implicaría el uso de escaleras o de varias mediciones sucesivas para obtener el resultado final no deben ser inconvenientes para un medidor láser. Por lo tanto, si ese es nuestro caso, busquemos siempre un medidor que posibilite mediciones indirectas mediante triangulación, tanto de longitudes como de alturas. Cuando no es posible realizar una medición directa, también es conveniente la función de medición doble de alturas, que calcula alturas parciales a partir de tres mediciones.

Mediciones de mínimos/máximos: es otra función de gran utilidad. Por ejemplo, si queremos determinar la perpendicular o la horizontal para un punto de referencia fijo, la medición de mínimos nos dará la menor distancia respecto de ese punto. Si, por el contrario, deseamos determinar la  diagonal para un punto de referencia fijo, la medición de máximos nos dará la mayor distancia respecto de dicho punto.

Detección del ángulo de inclinación: si un medidor de distancias a láser presenta un inclinómetro incorporado, esto significa que las mediciones indirectas son aún mucho más sencillas porque se reducen a una sola medición, eliminando la restricción de los ángulos de 90º porque esta vez el cálculo se basa en razones trigonométricas, particularmente, las funciones sinusoidales. Por ejemplo, para obtener la altura de una casa, simplemente se apunta el láser a la parte superior de la misma para tomar esa distancia, el sensor registra el ángulo de inclinación del aparato y, aplicando la función sinusoidal, calcula automáticamente la altura de la casa, que es el resultado que vemos en la pantalla. Usando el mismo principio, también es sencillo medir las distancias a superficies que no reflejan el rayo láser, como por ejemplo, una fachada vidriada. En ese caso, se apunta el láser a un lugar reflectante por encima de la estructura de vidrio y, con esa distancia medida, el dispositivo calcula rápidamente la distancia real usando el sensor de inclinación y la función sinusoidal. Por lo tanto, el ahorro de tiempo que ofrece un distanciómetro provisto de inclinómetro es considerable con respecto a los medidores que no incorporan esta característica.

Temporizador: esta es otra función interesante que ofrece la medición programada en el tiempo (generalmente entre 1 y 60 segundos), lo que nos permite obtener valores precisos en los lugares más difíciles y en los casos en que debemos efectuar lecturas a grandes distancias sin mover el dispositivo, por ejemplo, cuando está montado en un trípode.

Cálculos automáticos: los usuarios de cintas métricas deben contar con anotadores, lápiz y papel o con una calculadora de bolsillo para efectuar cálculos de superficie y volumen. Con un distanciómetro láser no necesitamos nada de eso, ya que al pulsar un botón obtendremos automáticamente la superficie de una pared o el volumen de una habitación una vez que efectuamos las mediciones correspondientes mediante los botones correspondientes.

Memoria: otro gran beneficio de un medidor de distancias a láser es la capacidad de memoria. Por ejemplo, si obtenemos un valor que vamos a usar constantemente en otras mediciones, como la altura de un techo, el espesor de un aislamiento, etc., puede registrarse en la memoria y usarse cada vez que se necesite. La función de memoria es capaz también, de almacenar tanto las últimas 20-50 mediciones (dependiendo del modelo) como los cálculos efectuados por el dispositivo con esas mediciones, a fin de tenerlos disponibles inmediatamente.

La cuidadosa atención a cada una de estas variables nos ayudará a encontrar el medidor de distancias a láser deseado, de acuerdo con nuestras necesidades y presupuesto. También nos orientará en la búsqueda, ya que muchos fabricantes ofrecen distanciómetros láser a un precio más que razonable, que cuentan con la gran mayoría de estas características.