La plomada es uno de los instrumentos de medición más antiguos que se conocen; ya existía en la época de los antiguos egipcios y aún hoy se utiliza masivamente en la construcción, aunque está siendo suplantado masivamente por el nivel láser, cada día más accesible.
Su uso más común es el de encontrar la línea vertical dado un punto, aunque también sirve para buscar el nadir de un elemento, para controlar la escuadratura de una superficie con respecto a la horizontal y para transportar un punto en el piso a cualquier elevación.
Partes de una plomada
A pesar de que es un instrumento sumamente sencillo, una plomada debe estar bien construida y ensamblada para cumplir su función sin problemas.
Una plomada consiste de tres elementos: plomo, cordura y sujeción.
Plomo
Es el elemento que provee el peso suficiente para tensar la cordura y ofrecer una línea vertical fiable. Por lo general son conos o trompos de plomo, aunque se pueden fabricar de otros materiales como madera, hormigón, acero, hierro, bronce, etcétera. Es importante que el material del cual están construidos ofrezca una buena relación densidad-superficie, ya que de otro modo los factores ambientales —vientos, lluvias— podrían afectar su posición.
Cordura
Es el hilo, cuerda o cable que sujeta y hace pender el plomo. Puede ser desde una sencilla cuerda de hilo trenzado hasta un cable de acero. No se recomienda el uso de cadenas debido a que estas pueden afectar el libre movimiento del plomo y presentar falsas mediciones.
Sujeción
Es el extremo opuesto al plomo, y el que permite colgar o sujetar la línea de plomada para realizar la medición. Generalmente es un lazo realizado con la misma cordura, aunque se pueden utilizar esmerillones, ganchos, ojales, roldanas o cualquier otro tipo de sujeción conveniente.
Técnicas de uso
La plomada puede utilizarse en distintos casos como instrumento de medición en la construcción. En un artículo anterior vimos una breve introducción; repasaremos las técnicas más comunes de uso en la construcción.
Control de verticalidad
Esta es la aplicación más conocida. Simplemente se suspende la plomada desde algún clavo, tornillo o saliente de la pared y se espera a que se inmovilice. La cordura debería quedar perfectamente paralela a la pared. Si se encuentra en ángulo, pruébese a colocar la plomada en otro sitio. Si el ángulo persiste, la pared estará en falsa escuadra.
Control de horizontalidad
Añadiendo una escuadra a la plomada es posible controlar también la horizontalidad de las superficies. Bastará con suspenderla en un punto próximo al borde de uno de los lados de la escuadra y verificar que la cordura de la plomada quede paralela a éste; el lado perpendicular servirá entonces para controlar la horizontal.
Proyección de puntos
Se tiene un punto marcado en el suelo, y se necesita proyectarlo al techo. Colocando la plomada en éste es posible llevarlo hasta que la punta del plomo coincida con el punto mencionado. Cuando el conjunto queda inerte —sin movimiento— es posible marcar en el techo la proyección del punto del piso: estará ubicado justo donde está colgada la plomada.
Uso en inclinómetros mecánicos
Existe un dispositivo sencillo que hace uso del principio gravitacional de la plomada: el inclinómetro. Con este es posible conocer el ángulo de cualquier superficie. Simplemente se apoya la base del instrumento en la superficie y se lee en la regla graduada el ángulo.
Este instrumento ha quedado obsoleto con la llegada de los nuevos inclinómetros digitales, aunque a veces puede tener un uso didáctico.
Sucesores de la plomada
- Nivel láser: es un dispositivo que proyecta líneas sobre las paredes y techos. Algunos modelos permiten proyectar líneas en 360°.
- Nivel óptico: o teodolito, permite medir ángulos, trazar líneas rectas a larga distancia y verificar la verticalidad de muros y otras construcciones, generalmente en obras civiles de envergadura.
- Inclinómetro digital: permite obtener con gran precisión la inclinación de una superficie. Es útil para la construcción, la decoración de interiores, etcétera.
Construcción de una plomada
Es posible fabricar una plomada casera con muy pocos materiales. Sólo necesitaremos en forma imprescindible de una cuerda lo suficientemente fuerte como para soportar el peso del plomo, y lo suficientemente flexible para mantenerlo suspendido sin afectar su posicionamiento.
Para la construcción podremos disponer de elementos que es posible adquirir en cualquier casa de pesca deportiva: tanza (o sedal de pesca), mosquetón con esmerillón y plomada.
En estas casas es posible adquirir plomos de diversos tamaños; conviene comprar alguno de al menos 500 g. También tanza —o sedal— de 0,40 mm y un mosquetón con esmerillón de un tamaño suficiente como para poder suspender todo el conjunto sin riesgo de roturas o deformaciones.
Cómo fabricar un plomo
También es posible construir el plomo en casa. Se puede hacer de distintas maneras y con diversos materiales. Aquí, algunas ideas.
Reciclar una botella plástica
La forma más simple de obtener una plomada improvisada es tomar una botella plástica vacía, practicarle un agujero pasante al cuello de la misma, pasar por allí una cuerda o alambre y llenarla de arena seca hasta el borde.
Aplique nuevamente la tapa y suspenda la botella así preparada de una cuerda. No será tan perfecta como los trompos de plomo o madera, pero servirá si necesita una verificación rápida y no dispone del instrumento.
Fundir plomo
¿Dispone de chatarra de plomo, arena de moldeo y una olla vieja? Entonces podrá moldear sus propios plomos. Procure reunir al menos un kilogramo de plomo y póngalo a fundir.
Tenga cuidado: el plomo es tóxico, y si realiza la fundición en su casa, procure por todos los medios hacerlo en el exterior, al aire libre y sobre alguna superficie que impida la contaminación del suelo. De hacerlo en el interior de su casa hágalo sólo si tiene una campana extractora funcionando. En todo caso utilice una máscara antigás.
Prepare el molde para el plomo. Verifique que el material escogido sea refractario y esté seco. Reserve el molde cerca de donde hará la fusión del plomo.
Antes de colocar el plomo a fundir, verifique que está completamente seco y que las piezas no contienen ningún material explosivo o inflamable. Es sumamente importante verificar que ninguna pieza contenga agua en su interior, ya que si esta se vaporiza mientras el metal está fundido, provocará una explosión peligrosísima.
Mantenga en todo momento a los niños y a los animales fuera del alcance de la fundición. Cualquier salpicadura accidental provocará quemaduras de tercer grado. Procure también llevar ropa y calzado adecuados.
Cuando el plomo esté completamente fundido, retire con una cuchara vieja toda la escoria que se formará en la superficie. Eche un poco de bórax al metal fundido para ayudar a la concentración de la escoria.
Una vez que el plomo esté limpio, lleve con sumo cuidado la olla o el crisol hacia el molde y vierta el metal fundido en él. Hágalo de tal forma que si ocurre un volcado accidental, el plomo caiga sobre el suelo y no sobre usted.
Permita que el metal solidifique y se enfríe un poco antes de realizar el desmolde. Procure tener un recipiente con agua fría cerca, para sumergir la pieza moldeada.
Una vez que haya logrado la pieza, lije las asperezas y realice un agujero en la parte superior para instalar allí un cáncamo o pitón. Luego añada la cuerda.
Tornear madera
Es posible fabricar los plomos con madera. Si usted dispone de un torno, podrá tomar bloques de alguna madera pesada y maciza (algarrobo o quebracho por ejemplo) y tornear cilindros rematados en punta. En el agujero practicado para colocar la contrapunta puede atornillar un pitón o un cáncamo con el fin de atar allí el extremo de la cuerda que haya elegido para suspender su nuevo plomo.
0 Comentarios
Pingback: Niveles - tipos y aplicaciones | De Máquinas y Herramientas