Los micrómetros —también llamados calibres Palmer o tornillos de Palmer— se utilizan en distintas industrias: metalmecánica, plástica, bulonería, automotriz, etcétera. Es un instrumento de medición que permite medir longitudes con una precisión de hasta una milésima de milímetro.
Tal como sucede con el calibre Vernier o pie de rey, existen distintos tipos de micrómetro, ya sea para medir el exterior, el interior, alturas, profundidades, etcétera. También se dividen en analógicos y digitales. Veremos a continuación los distintos tipos —según este último criterio— y la forma correcta de operarlos.
Micrómetros analógicos y digitales
Existen básicamente dos tipos de micrómetro disponibles en el mercado: analógicos y digitales, y cada uno de estos tipos está disponible para los distintos modelos de micrómetro según la medición a realizar: paralelos exteriores e interiores, cilindros exteriores e interiores, piezas cilíndricas especiales —como mechas, fresas y calizuares— y además las medidas de altura y profundidad.
Micrómetros mecánicos o analógicos
Son los micrómetros más tradicionales y los preferidos por muchos profesionales y técnicos, pues la lectura a pie de máquina, para alguien experimentado, es mucho más sencilla y confiable con respecto a los digitales, y no se requiere el uso de baterías para ello. Como contrapartida, algunos operarios novatos pueden tener dificultades al principio, ya que la lectura no es inmediata y requiere de cierta práctica para hacerla en forma fluida.
Este tipo de micrómetros —cuando trabajan en el sistema métrico— llevan en su interior un tornillo cuyo paso es de medio milímetro. Así, una vuelta completa del tambor hará que las placas tope se separen exactamente medio milímetro. Mediante este principio es posible alcanzar una resolución de hasta una milésima de milímetro (0,001 mm), aunque no todos los micrómetros poseen el nonio necesario; en esos casos su precisión nominal es de una centésima de milímetro (0,01 mm).
Existen distintos modelos de micrómetro, de acuerdo a su uso: desde los de uso general hasta los sumamente específicos (como el micrómetro de medición de profundidad, que se ve abajo). Sin embargo, el principio de funcionamiento es similar: todos poseen un tornillo, un tambor de aproximación y un criquet para lograr el apoyo de las placas tope.
Micrómetro de profundidad. La coliza puede verse arriba del instrumento.
Es importante, al trabajar con este tipo de micrómetros, tener especial cuidado en no forzar el tambor, y aproximar los topes haciendo uso exclusivo del criquet o trinquete. Este dispositivo está preparado para ajustar los topes contra la pieza a medir con la presión necesaria; una vez asegurados, el mecanismo hace girar en falso el trinquete o criquet—de ahí su nombre— e impide que se dañen las superficies o el instrumento.
Existen algunos micrómetros dotados de un dial con aguja, que indican la medida en una forma tal vez más directa al operario, aunque la gran mayoría de las veces estos micrómetros están limitados a una precisión de una centésima. Debido, además, a la complejidad del mecanismo necesario para mover las agujas, estos instrumentos son algo aparatosos, con lo cual su uso es práctico sólo en ambientes de laboratorio u oficina técnica.
Micrómetros digitales
Micrómetro de tres contactos, especial para medir piezas cilíndricas, entre ellas fresas, mechas, brocas y calizuares.
En este caso el principio de funcionamiento es similar a sus pares analógicos, aunque se utiliza un encoder como interfaz para la medición, con lo cual la medida aparece fácilmente legible en un display digital. La lectura, así, es mucho más sencilla que en sus equivalentes analógicos, aunque a costa de sacrificar la confiabilidad, ya que si el instrumento está alimentado con baterías defectuosas, puede ocurrir una falsa medición.
Una gran ventaja sobre los micrómetros analógicos es que, debido a su naturaleza digital, permiten convertir al instante a pulgadas las medidas, y establecer arbitrariamente un cero en la medición.
Interior de un micrómetro o calibre Palmer
Sea analógico o digital, de exteriores o interiores, de altura o profundidad, el interior de los micrómetros de exteriores no cambia demasiado. El tornillo micrométrico se fabrica, por lo general, de un largo de 25 mm, con lo cual cada instrumento podrá realizar mediciones dentro de ese rango, partiendo, por supuesto, de una medida cero arbitraria; esta está estandarizada en saltos de 25 mm: de 0 a 25 mm, de 25 mm a 50 mm, de 50 mm a 75 mm, etcétera.
Entonces, de acuerdo a la aplicación o al trabajo a realizar es el tipo de micrómetro que debe comprar. Así también, de acuerdo al uso que recibirá el micrómetro, se modifica el cuerpo o arco, haciéndolo más grande o reemplazándolo por una base, un trípode, etcétera. La mayoría de los micrómetros de uso general poseen una plaquita aislante que permite tomarlo sin afectar, con el calor corporal, la medición mediante la expansión de dicho arco.
Micrómetro con placas tope para roscas.
Por lo general las placas de tope son intercambiables; esto se debe a que, con el uso, la superficie rectificada y cementada de dichas placas tiende a desgastarse.}
En algunos modelos de medición específica —como los micrómetros para roscas, engranajes o ranuras— será necesario reemplazar estos topes para hacer coincidir su geometría con el tipo de rosca, tamaño de la ranura o módulo del engranaje a medir.
Micrómetro especial para medir ranuras. Nótese las placas tope en forma de cuña con filo, y la pieza utilizada para calibrar el instrumento.
Cuando las placas tope son cambiadas, es necesario verificar que el instrumento está correctamente calibrado. Para ello suelen estar acompañados de pequeñas piezas de calibración como la que se puede ver en la fotografía de arriba.
Consejos de uso: micrómetro
- Jamás ajuste los topes contra la pieza utilizando el tambor; este debe utilizarse sólo para aproximar las placas y se debe completar la operación haciendo uso del criquet o trinquete.
- El instrumento debe tomarse sólo por las placas de aislación térmica (generalmente negras) que se encuentran en el cuerpo. Nunca debe tomarse directamente de la punta, ya que el calor corporal expandirá el metal, modificando así la distancia y la medida.
- No separe la pieza de entre los topes sin antes separarlas a menos que la superficie sea perfectamente paralela y esté pulida a espejo; de otro modo podría rayar las placas o forzarlas, perdiendo así la calibración del instrumento.
- Guarde los micrómetros en sus respectivos estuches. No los exponga a calor directo, humedad excesiva o ambientes corrosivos o con partículas suspendidas.
- En lo posible, limpie con asiduidad el instrumento utilizando un paño de algodón y un producto de limpieza neutro. Evite que el producto ingrese en el mecanismo.
Un Comentario
Emanuel
Hola, quisiera saber la sobre la aplicación de cada tipo de micrómetro en la industria.