El éxito de un trabajo de demolición depende de dos factores fundamentales: la elección del martillo demoledor adecuado y de los cinceles que usaremos con esa herramienta. En un artículo previo nos hemos concentrado en la función y los tipos del martillo demoledor, aquí trataremos en profundidad qué debemos tener en cuenta a la hora de seleccionar el más conveniente de acuerdo al uso que le otorguemos.
Por ejemplo, muchos creen que cuanto más grande y poderoso es el demoledor mejores resultados vamos a obtener. Pero esto no siempre es cierto, por lo que, por ejemplo, si somos usuarios frecuentes, siempre será conveniente elegir, dentro de lo posible, una herramienta más pequeña que en definitiva nos permitirá un uso más adecuado, con ahorro de energía y menor impacto para nuestro cuerpo.
Otro factor que puede jugarnos en contra es haber elegido el demoledor apropiado con el cincel incorrecto. Esto conduciría no sólo a resultados insatisfactorios, sino también a la rotura del cincel, con la consecuente pérdida de tiempo y dinero.
Veamos entonces en este artículo, cuáles son los aspectos que debemos considerar cuando nos decidimos por la compra o el alquiler de un martillo demoledor y sus herramientas de corte de acuerdo al uso.
Consideraciones sobre la herramienta
Ante todo, cabe destacar que si nuestro trabajo comprende demolición pesada con grandes equipos, principalmente hidráulicos montables en vehículos, nuestra empresa contratista efectuará por nosotros la elección de la herramienta correcta. Por lo tanto, esta guía será más bien útil para las tareas que realiza un usuario profesional u hogareño relacionadas con un trabajo de demolición de mediana a baja envergadura y que, por ende, involucran herramientas portátiles.
1) Tecnología
Los martillos demoledores portátiles que se ofrecen en el mercado son mayormente neumáticos, eléctricos o a combustible. La elección de uno u otro tipo dependerá básicamente del uso previsto, así como de las necesidades de movilidad y potencia.
Esto significa que para los trabajos que requieren movilidad constante y alta potencia, los modelos a combustible son la opción más recomendada, siempre que el trabajo se desarrolle al aire libre. Para trabajos más pequeños, menos intensos y en interiores o espacios reducidos, probablemente un modelo eléctrico o neumático será más indicado. En general, los modelos a combustible proporcionan mayor potencia y versatilidad. Los modelos eléctricos son más livianos y económicos, pero requieren un tomacorriente o una batería. Los modelos neumáticos también son extremadamente versátiles y, dado que usan aire comprimido, muchos pueden ser muy livianos y funcionar perfectamente para romper piedra o muros de hormigón.
2) Diseño
Hemos visto que los diseños comunes de martillos demoledores portátiles se presentan en dos tipos: mango en “D” u horizontales, y mango en “T” o verticales. La elección de uno u otro dependerá de la orientación de la superficie a trabajar. Si se trata de una pared, por ejemplo, para demolerla o para excavar un área a fin de disponer una cañería, lo ideal es elegir un demoledor horizontal. Si vamos a retirar baldosas o romper una capa de hormigón en un piso, optaremos por un demoledor vertical, aunque debemos tener en cuenta que algunos fabricantes ofrecen modelos que pueden usarse en posición tanto horizontal como vertical.
3) Potencia y cantidad de golpes por minuto
Estos parámetros son muy importantes porque se refieren a la capacidad de la herramienta para demoler superficies de hormigón o de piedra. Generalmente, una mayor cantidad de golpes por minuto se asocia a un motor de mayor tamaño, capaz de derribar superficies más duras. La mayoría de los demoledores portátiles trabajan entre 850 y más de 3000 golpes por minuto. A su vez, la potencia (conocida como energía de impacto) de los modelos portátiles, medida en joules (o pies/libra), puede variar entre 8 y 70 J, y existe una relación inversa entre ambos parámetros, es decir, a mayor potencia, menor cantidad de golpes por minuto.
En nuestra elección debemos asegurarnos de que el demoledor tenga las capacidades requeridas y si es posible, optar por un modelo que supere nuestros requisitos para garantizarnos la mayor vida útil de la herramienta.
4) Peso
Aunque pueda parecer obvio, siempre debemos comprobar el peso de un demoledor a elegir. Esto nos dará una idea del uso previsto. Los más pesados se emplean en grandes proyectos de demolición, para un uso prolongado en las superficies más duras. Los más livianos pueden ser más versátiles y muchos están diseñados con mangos en “D” para permitir la demolición de paredes, techos y otras superficies por encima del suelo. Los modelos más livianos pesan unos 6 kg, mientras que los más pesados pueden superar los 30 kg.
Este factor también depende de la robustez del usuario que vaya a usar la herramienta, ya que el tamaño de herramienta que el usuario pueda sostener y maniobrar dependerá de su propia fuerza, que a su vez se relaciona directamente con la productividad. El peso de la herramienta cobra mayor preponderancia en aplicaciones horizontales, tales como la demolición de paredes, ya que el usuario sostiene con sus manos y brazos el peso total de la herramienta.
5) Tipo de material
Algunos demoledores funcionan mejor no solo en diferentes espesores de material, sino también en diferentes composiciones del material. Por ejemplo, si el material a romper contiene acero, es posible que debamos buscar un demoledor neumático o uno hidráulico portátil. Esto podemos consultarlo con el vendedor, que nos brindará un asesoramiento detallado en función de las características de espesor y estructura del material.
6) Ruido, vibración y ergonomía
Los problemas del ruido que genera la operación de demolición y la herramienta durante su funcionamiento son importantes porque, además de incidir en nuestra salud y el medio ambiente, pueden violar requisitos especiales de atenuación del ruido establecidos por normativa gubernamental. Todos los martillos demoledores de fabricantes reconocidos cumplen con las exigencias del nivel de ruido, pero es claro que algunos (especialmente los que funcionan a combustible) son más ruidosos que otros. Por eso debemos tener muy presente dónde y cuándo vamos a usar nuestra herramienta para elegir aquella cuyo nivel de ruido sea el más bajo posible.
La atenuación del ruido se verá reforzada si buscamos demoledores provistos de sistemas de reducción de la vibración, aunque estos modelos suelen ser más costosos. De lo contrario, podemos usar almohadillas y agarraderas sobre los mangos que nos ayuden a controlar la vibración. Por su parte, los modelos horizontales de algunos fabricantes ofrecen como opción un módulo para la extracción del polvo, lo cual sería una interesante alternativa a considerar si en nuestro trabajo habitual demolemos, por ejemplo, superficies de yeso, que generan grandes cantidades de polvo fino.
En lo que respecta al diseño ergonómico, debemos buscar un demoledor que sea fácil de usar, con empuñaduras adecuadas al tamaño de nuestras manos y que el interruptor ON/OFF y otros controles sean de fácil acceso. Ante todo, recordemos que un martillo demoledor representa un equilibrio entre maniobrabilidad y potencia, por lo que debemos probar varios y elegir el más confortable, fácil de maniobrar y almacenar.
Consideraciones sobre cinceles
Cada marca de martillo demoledor acepta un tipo ligeramente distinto de cincel, aunque algunos son intercambiables. Por lo tanto, es preferible que nuestra elección apunte a una marca que acepte una amplia variedad de cinceles, o bien que acepte nuestra colección existente de cinceles.
La adquisición de un cincel también está condicionada a una serie de factores que dependen de ciertos parámetros. Veamos tres de los principales.
a) Tamaño del trabajo a realizar
Si vamos a trabajar en un área grande o pequeña podemos elegir un cincel grande de punta, que a la sazón puede puede producir menor cantidad de escombro. Un cincel pequeño arranca trozos de menor tamaño, perforando áreas pequeñas y provocando grandes desmoronamientos. En cambio, uno más grande arranca áreas de mayor tamaño, o bien permite extraer el material con las manos después de romperlo.
b) Resistencia del material
La resistencia del material a demoler tiene un gran impacto en la elección del cincel. Si el material es débil, un cincel grande de punta roma se adaptará perfectamente a esa tarea. Si el material es resistente, el trabajo puede comenzarse con un cincel de punta pequeño, ya que de esta manera se ejerce más presión sobre una menor cantidad de espacio, lo que facilita la perforación del material.
c) Área a demoler
Ciertas áreas a demoler son fáciles de atacar, por ejemplo, las paredes completamente abiertas o un piso que no presenta ningún tipo de obstrucción. Si el trabajo se encuentra en un área complicada, la demolición puede verse dificultada. Los cinceles de pala angosta, de corte frío y de punta tipo lápiz funcionan mejor en áreas inusuales, ya que su forma larga y delgada facilita la rotura del material en áreas pequeñas u ocultas.
Resumen de aplicaciones del Demoledor
Como conclusión de lo que hemos visto, en el siguiente gráfico vamos a detallar a título ilustrativo algunos tipos de martillos demoledores en función de su diseño, potencia, golpes por minuto y peso que resultan más adecuados para una serie de aplicaciones.
3 Comentarios
Simeyco
Unos consejos demoledores, de los buenos que son. Les felicito por el blog.
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SERGIO GARCIA
CUAL ES EL INDICADO PARA TRABAJOS DE DEMOLICIÓN DE ROCA EN SUPERFICIES DE CAMINOS DE DIFÍCIL ACCESO?
ELEK CHILE
Excelentes las descripciones y las recomendaciones para elegir un martillo demoledor, todo super bien explicado.
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